"Desde luego estamos sumidos en unas condiciones económicas que sólo se ven una vez en la vida", argumentó el consejero delegado de Microsoft, Steve Ballmer, en una conferencia con analistas, en la que se señaló la caída de las ventas de ordenadores personales como una de las razones principales del empeoramiento de sus resultados.
El fabricante del omnipresente Windows informó que en la primera mitad de su ejercicio fiscal 2008 ganó 8.547 millones de dólares, lo que supone una bajada del 5% respecto al mismo periodo de 2007, pese a que sus ingresos aumentaron en un porcentaje similar.
Además, en su segundo trimestre fiscal (octubre-diciembre) la ganancia cayó el 11% respecto de un año antes, hasta 4.170 millones, también a pesar de que su facturación se elevó un 2%.
Ante estos descensos y en vista de la ralentización del consumo experimentada en muchos de sus mercados, el gigante informático anunció que va a eliminar 1 400 empleos con efecto inmediato, una cifra que se elevará hasta 5 mil en el próximo año y medio.
Como ya hiciera hace tres meses, Ballmer insistió en que la compañía "no es inmune" a la crisis, pero se mostró confiado en la "solidez" de los productos de Microsoft y en su modelo de negocio, cada vez más cercado por una competencia que hace años era prácticamente testimonial.
Sin embargo, es la primera vez que la compañía anuncia despidos de forma masiva en sus tres décadas de historia, algo que incluso logró evitar tras el estallido de la burbuja tecnológica y que había dado al rey de los sistemas operativos una aureola de invulnerabilidad.
Los despidos afectarán, entre otras, a las áreas de investigación y desarrollo, ventas y asuntos legales, y suponen cerca del 5% de su planilla.
Según detalló Ballmer, se buscarán más formas de recortar gastos de capital y promoción, al tiempo que se eliminarán los incrementos salariales por méritos.
La idea es que Microsoft reduzca en 1 500 millones de dólares sus gastos operativos anuales y en 700 millones los de capital durante este ejercicio fiscal, pese a que su negocio sigue siendo bastante rentable, al contrario de lo que le ocurre a otras firmas del sector.
Una clara muestra del efecto de la caída del consumo en las cuentas de Microsoft es el descenso del 13% en el beneficio operativo trimestral de su división de productos para particulares, de la que depende el sistema operativo Windows, incorporado en la mayoría de los ordenadores PC que se venden en el mundo.
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