El “Depredador” solo levantaba los brazos para agradecer las muestras de cariño. En cada paso que daba el artillero del “Timao” sentía las muestras de cariño. “Guerrero eres grande…”, “gracias por ser peruano”, “eres lo máximo”, “buena campeón”. Incluso, algunos le pidieron que refleje sus grandes actuaciones con la “sele”...
“Paolo, tú eres el único que nos puede llevar al Mundial”, “ojalá y hubieran once jugadores como tú”. En tanto, en cada esfuerzo de los hinchas por acercarse, la seguridad bloqueaba que lleguen hasta el ariete.
Cabe señalar que Guerrero fue escoltado por miembros de Seguridad del Estado. Incluso, su traslado fue con “liebres”. Como si fuera el mismísimo presidente Ollanta Humala.
Y es que no todos los días tenemos a un campeón mundial entre los nuestros. Guerrero fue el único jugador del cuadro brasileño que marcó en la competición. En las semifinales ante el Al Ahly de Egipto.
Posteriormente, lo hizo ante el poderoso Chelsea de Inglaterra. Con ello se convirtió en el jugador más adorado por los hinchas del “Timao” y por esta nación. Llegó el orgullo. Llegó un verdadero Guerrero.